Brujas

Brujas es una de las ciudades más bonitas y encantadoras de Europa. Además, tiene la ventaja de ser pequeña y se deja ver y disfrutar en un día. Como en los cuentos, es una villa hermosa y tranquila que vive sobre las apacibles aguas de sus canales, entre sus avellanos, sorbos, plataneros, hayas y abedules que tiñen de cien verdes y marrones distintos sus escenas cotidianas. Pero hay algo en medio de todo este idílico escenario que lo altera y lo desvirtúa completamente: los turistas.

Pasear por Brujas es cruzarte con cien turistas en un solo día, así que a más de uno te los cruzarás más de una vez y os miraréis con cara de desconfianza. Pero en Brujas hay tantos recovecos que lo único que tienes que hacer es salirte del camino, girar en todas las esquinas hasta que te pierdas y descubras esa postal solitaria que te estaba esperando desde que decidiste venir a Brujas.

A cinco minutos del centro en bici, se encuentra el hotel más original de Brujas. Pese a que en 1viajealdia no suele haber recomendaciones, esta vale la pena porque multiplica tu experiencia por dos. Por un lado, la experiencia de visitar esta ciudad y perderse en ella, y por el otro, la experiencia de pasar tus noches en un viejo barco reconvertido en hotel. Se llama De Barge, tiene un precio un poco elevado para ser un tres estrellas pero es muy bonito y acogedor. Por las mañanas, no olvides llenar tus bolsillos de pan del desayuno para compartirlo con los patos desde tu ventana.

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